domingo, 8 de agosto de 2010

PENDONES EN BETANCURIA

PENDONES EN BETANCURIA

Jaisa



La visceralidad del colonialismo es a su vez un complejo de inferioridad. Cuando ese sentimiento profundo e incontrolado es a la española, se refleja en un reivindicativo insistir por revivir lo que auto-considerado victorias y glorias, no fueron más que rapiña y abusos de fuerza y poder sobre pueblos comparativamente indefensos.



La insistencia del restregar los “pendones” por la geografía del Archipiélago Canario, no es otra cosa más que un añejo machacar “el somos los amos”, que denota un transfondo psicológico de incómoda des-ubicación, de perpetuo encontrarse incómodamente foráneo, de no poder sentirse parte integrada de aquí, a donde se ha inmigrado históricamente para medrar.



Luego está el otro amigo de los pendones, es el nativo/a, de identidad carcomida y en ello muy afectado por el síndrome del colonizado, que se deja acomplejar sin enterarse, y como el cangrejo ermitaño busca identidad en caparazón ajeno, ignorando las verdaderas glorias de su gente, que en realmente heroica lucha desigual, han sido sistemáticamente acalladas por el invasor para, perpetuando su revanchismo, seguir colonizador. Es este canario, entreguista, comerciable, constante lamedor remunerado del poder que nos mangonea.



En el caso de lo militar, recordando el delincuente y cruento paso legionario por la historia moderna de Maxorata, ni entramos, pero en el religioso nos sentimos en la necesidad de exigir a los mandos eclesiásticos un poco de cordura, un mucho de apacentar los rebaños y, sobre todo, un rectificar sus muchos entuertos y complicidades en las barbaries que se han cometido antes durante y después de la conquista de este Archipiélago.



Son ustedes, obispos y sacerdotes, sumamente responsables de que se perpetúe esa carencia de respeto para con nuestros antepasados y generaciones actuales, son ustedes responsables en evitar se avienten rescoldos promocionando actos seudo-religiosos, provocativos por mesturados. Son ustedes responsables en actualizar sus predicados e impartir cordura y buen ejemplo. Y a este pueblo, que no rebaño, ayudarlo en su recuperación de la dignidad, no a trastocarle perpetuamente su identidad como tal, y a generarle controversias, pues ustedes sí conocen la historia real, no en vano la han protagonizado.



Retiren ya de procesiones y actos religiosos en Canarias, los pendones, las armas, y los bailes del sur de España, lo contrario es continuar usando a Cristo, luchador de libertades, como neocolonialista 2010 años después de su muerte.