NÉSTOR DE LA TORRE Y LA FALANGE
MISA EN EL PORTICO DEL AYUNTAMIENTO DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (1937)
La Cruz de Cristo, convertida en espada vengadora, se alió con el yugo y las flechas durante la guerra civil y el franquismo en las Canarias Orientales. Nuestro colaborador, el historiador Agustín Millares Cantero, al comentar unas pocas (aunque valiosísimas) fotografías de la época, nos traza un breve cuadro acerca de los nexos entre la Iglesia Canariense y los movimientos fascistas, al arrancar el II Año de la Era Azul (1937). No se trató de un entendimiento circunstancial e irrelevante, sino de un rasgo estructural y definitorio a la hora de apreciar el significado de la dictadura. El autor plantea incluso una necesaria revisión entorno a la figura del obispo Pildain y a las funciones que desempeñó.
Para ver el artículo:
http://www.canarias-semanal.com/EXTERNAS/E404/E4040.HTML
La Cruz de Cristo, convertida en espada vengadora, se alió con el yugo y las flechas durante la guerra civil y el franquismo en las Canarias Orientales. Nuestro colaborador, el historiador Agustín Millares Cantero, al comentar unas pocas (aunque valiosísimas) fotografías de la época, nos traza un breve cuadro acerca de los nexos entre la Iglesia Canariense y los movimientos fascistas, al arrancar el II Año de la Era Azul (1937). No se trató de un entendimiento circunstancial e irrelevante, sino de un rasgo estructural y definitorio a la hora de apreciar el significado de la dictadura. El autor plantea incluso una necesaria revisión entorno a la figura del obispo Pildain y a las funciones que desempeñó.
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2 comentarios:
¿Pildain no era antifranquista? ¿No le cerro la Catedral a Franco? Estos obispos no eran lo que nos han querido hacer ver. !Obispo Canario Ya¡
Si Pildain en 1937 celebró una misa bajo la bandera de la Falange, que problema tenemos con izar la bandera del orgullo gay en pleno siglo XXI. Cuando la iglesia española en Canarias pida perdón por apoyar la persecución de la Brigada Amanecer, de Eufemiano Fuentes, el jefe falangista, habrá seguido los pasos del Papa Benedicto, que pidió perdon por los abusos a los niños norteamericanos. Vivan los colores, viva la tolerancia.
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