EL DÍA, S/C de Tenerife
Vicente Santana Quintana nació el 10 de marzo de 1941 en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria. Estudió Humanidades y Filosofía, además de Teología en el Seminario Conciliar de Canarias. El padre Santana es hoy profesor de Primaria y posee un título de especialista universitario en Periodismo. Ha ejercido su labor pastoral en las parroquias de Las Chumberas, Las Palmas de Gran Canaria, Moya, Carrizal, La Isleta, Jinámar y Marzagán. Actualmente ejerce su ministerio en la parroquia de Las Huesas, en el municipio grancanario de Telde. Allí se congrega un curioso grupo de sacerdotes entregados a la causa anticolonialista del Archipiélago.
-¿Puede hablarse de un grupo consolidado de sacerdotes en Telde, muy interesados en la política y de tendencia independentista?
-Un grupo es una pluralidad de seres que forman un conjunto. Ya es difícil conseguir este conjunto de personas distintas y, más difícil aún, saber si un grupo está o no consolidado. Lo que sí puedo afirmar de nuestro grupo de curas es que lleva funcionando más de 12 años; que tenemos ideales comunes canario-cristianos o cristiano-canarios; que nos hemos propuesto objetivos que hemos alcanzado. El último de estos objetivos fue enarbolar la bandera nacional canaria el pasado 22 de octubre, y emitir un comunicado. Este gesto de enarbolar la bandera nacional encuentra su razón de fondo en el hecho de que Canarias ha vivido, desde hace seis siglos, en el mutismo, es decir, en el silencio impuesto que le ha impedido expresarse con su palabra. La bandera es un símbolo y un lenguaje para expresar la ruptura con el pasado impuesto y la apertura a un futuro decidido por nuestro propio pueblo.
-Y en esa tendencia política próxima al independentismo, como afirman los párrocos Fernando Báez o Paco Bello, ¿usted también se incluye?
-Yo creo que tanto Fernando Báez como Paco Bello son curas mas independentistas que yo, pero yo también lo soy en cierta medida desde hace muchos años al haber experimentado la falsedad y la mentira del españolismo en mi vida y en la de nuestra gente. Tengo un libro que me dieron en la escuela, a los 7 años, por haber respondido a una pregunta sobre la historia de España cuando, sin embargo, no me enseñaban nada de nuestra historia canaria. Lo que nos enseñaban es que Canarias estaba debajo de las Baleares. El referido libro tiene escrito mi nombre, que puse yo mismo, y lo conservo con mucho interés para que me recuerde y me avive el rechazo que siento hacia aquella enseñanza colonialista que recibí durante los primeros años de mi infancia.
-¿Por qué cree que está mal visto que la Iglesia se involucre en la política?
-El término "polis" significa ciudad y de esta palabra nace ciudadano. "Polí-tica" es el arte, doctrina u opinión referente al gobierno de un país independiente o dependiente. Y "polí-tico" es el que ejerce este arte, doctrina u opinión. Consecuentemente con esto, todos los ciudadanos hacemos política porque, por ejemplo, opinamos sobre aspectos de nuestro país, votando por una opción política, votando en blanco o absteniéndonos de votar. Todos somos políticos, aunque no todos seamos políticos profesionales.
-Sí, pero ¿por qué cree que desde distintos sectores se considera un error que la Iglesia opine sobre política de forma pública?
-Yo iría más allá y me preguntaría ¿por qué se mira mal que la Iglesia introduzca en sus escritos o sermones opiniones sobre temas políticos?
Pues porque hay personas interesadas en que no se toquen sus situaciones privilegiadas; porque se pretende un silencio cómplice ante situaciones injustas; porque se confunde ser persona religiosa con persona cristiana; porque, sobre todo, hay cristianos católicos que ignoran, olvidan o rechazan lo dicho por Jesús en la Sinagoga de Nazaret: "El Espíritu me ha ungido para traer la Buena Nueva a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libre a los oprimidos y para proclamar el año de gracia del Señor".
-Se deduce entonces que usted introduce comentarios de actualidad o de carácter político en sus sermones...
- Sí, claro. En el Evangelio de Lucas leemos que los apóstoles comenzaron a discutir cuál de ellos debía ocupar el primer lugar. Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones se portan como dueños de ellas y, en el momento en que las oprimen, se hacen llamar bienhechores. Ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes se portará como si fuera el último, y el que manda como el que sirve". Observando este texto nos damos cuenta de que Jesús mira lo que pasa con los reyes y las naciones, opina sobre ello y propone un modo diferente de comportarse.
-Los sacerdotes en España no pueden presentarse a elecciones, como sí ocurre en otros países como Andorra, donde un obispo es jefe de Estado. ¿Trataría de promover un cambio para que los curas pudieran tener este derecho ciudadano?
-Los curas que tienen las ideas claras sobre su misión y la ejercen conforme a estas ideas no necesitan aspirar a presentarse a elecciones ni políticas ni eclesiásticas, porque el poder por sí mismo no salva nada ni a nadie. Dios no es poder. Dios es amor. Sólo Dios salva. Sin embargo, en casos que merezcan la pena debería poder presentarse un cura o un obispo a elecciones. ¿Por qué no?
-¿Está de acuerdo en la afirmación de que el sacerdote que no haga política no es sacerdote? ¿Por qué?
-Yo no diría que no es sacerdote, pero sí que le falta un aspecto muy importante en la realización de su misión pastoral.
-¿Se vive la política en la Iglesia?
-En general, muy poco. La Iglesia está lejos de la calle, del pueblo y vive bastante cerrada hacia fuera y muy metida dentro de sí misma: con catequesis que no generan casi ningún nuevo creyente; con celebraciones bautismales cuya motivación social y consumista sustituye, de hecho, la fe que se necesita para celebrar este sacramento; con unas primeras comuniones ante cuya realidad me viene a la memoria las palabras de Pablo a los Corintios: "No los puedo alabar porque sus reuniones les hacen más mal que bien, de manera que su reunión ya no es la cena del Señor".
-¿Cómo ve la política que se practica en Canarias? ¿Está conforme con los partidos mayoritarios?
-La política que se practica en Canarias es, radicalmente, igual a la que se practica en España, es decir, es antidemocrática y un engañabobos. Democracia significa poder del pueblo, pero tanto en Canarias como en España el sistema electoral no es democrático, sino antidemocrático, porque no solamente no permite el poder del pueblo sino que admite un poder contra el pueblo. Este sistema de listas cerradas obliga a votar a partidos y personas que no se quieren votar; no garantiza que el voto dado por los ciudadanos lo reciban y mantengan sus destinatarios, ya que se lo das a los blancos y el sistema se lo entrega a los negros y viceversa; este sistema cierra las puertas a las nuevas ideas de los grupos minoritarios o de individuos; reparte el botín, yo diría que el votín, con "v", antes de las elecciones entre los grupos mayoritarios de siempre. Este sistema podría llamarse partidocracia, porque facilita el poder a los partidos o, también, cabezacracia, porque en los partidos, por lo general, mandan sus cabezas y no sus afiliados. Un sistema así no puede llamarse democrático, porque no representa al poder del pueblo. Pero, además, la política que se practica en Canarias se convierte en perversa, es sumamente mala, causa daño intencionadamente y corrompe las costumbres y el estado habitual de la cosas.
-Entonces, según usted, ¿qué ha sucedido en Canarias en este último cuarto de siglo de democracia?
-De española democracia, diría yo. Pues que el Archipiélago se ha debilitado. Con la desaparición de su agricultura, pesca y pastoreo; con una galopante degeneración de su territorio; con una feroz especulación; con una descomunal densidad de población; con una monstruosa corrupción política; con un pueblo que se ha visto forzado a llevar un ritmo de vida que no le va; con la ruptura de nuestra sociedad canaria; con una forma de vivir sin esperanza en el futuro; con ciento de miles de canarios en el umbral de la pobreza; con robos, homicidios, asesinatos y la desaparición de menores, y hasta con una gran crisis económica.
-¿Cree factible alcanzar la independencia de España? ¿Cree que el movimiento independentista está maduro?
-Canarias no alcanzará su independencia de España a través de unas elecciones, según el sistema electoral actual. Sólo será factible alcanzar la independencia exigiendo en los organismos internacionales la descolonización de Canarias, aunque el Estado español trata de impedirlo. Esto exige una mayor madurez del independentismo canario, logrando una mayor unidad de este movimiento.
Vicente Santana Quintana nació el 10 de marzo de 1941 en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria. Estudió Humanidades y Filosofía, además de Teología en el Seminario Conciliar de Canarias. El padre Santana es hoy profesor de Primaria y posee un título de especialista universitario en Periodismo. Ha ejercido su labor pastoral en las parroquias de Las Chumberas, Las Palmas de Gran Canaria, Moya, Carrizal, La Isleta, Jinámar y Marzagán. Actualmente ejerce su ministerio en la parroquia de Las Huesas, en el municipio grancanario de Telde. Allí se congrega un curioso grupo de sacerdotes entregados a la causa anticolonialista del Archipiélago.
-¿Puede hablarse de un grupo consolidado de sacerdotes en Telde, muy interesados en la política y de tendencia independentista?
-Un grupo es una pluralidad de seres que forman un conjunto. Ya es difícil conseguir este conjunto de personas distintas y, más difícil aún, saber si un grupo está o no consolidado. Lo que sí puedo afirmar de nuestro grupo de curas es que lleva funcionando más de 12 años; que tenemos ideales comunes canario-cristianos o cristiano-canarios; que nos hemos propuesto objetivos que hemos alcanzado. El último de estos objetivos fue enarbolar la bandera nacional canaria el pasado 22 de octubre, y emitir un comunicado. Este gesto de enarbolar la bandera nacional encuentra su razón de fondo en el hecho de que Canarias ha vivido, desde hace seis siglos, en el mutismo, es decir, en el silencio impuesto que le ha impedido expresarse con su palabra. La bandera es un símbolo y un lenguaje para expresar la ruptura con el pasado impuesto y la apertura a un futuro decidido por nuestro propio pueblo.
-Y en esa tendencia política próxima al independentismo, como afirman los párrocos Fernando Báez o Paco Bello, ¿usted también se incluye?
-Yo creo que tanto Fernando Báez como Paco Bello son curas mas independentistas que yo, pero yo también lo soy en cierta medida desde hace muchos años al haber experimentado la falsedad y la mentira del españolismo en mi vida y en la de nuestra gente. Tengo un libro que me dieron en la escuela, a los 7 años, por haber respondido a una pregunta sobre la historia de España cuando, sin embargo, no me enseñaban nada de nuestra historia canaria. Lo que nos enseñaban es que Canarias estaba debajo de las Baleares. El referido libro tiene escrito mi nombre, que puse yo mismo, y lo conservo con mucho interés para que me recuerde y me avive el rechazo que siento hacia aquella enseñanza colonialista que recibí durante los primeros años de mi infancia.
-¿Por qué cree que está mal visto que la Iglesia se involucre en la política?
-El término "polis" significa ciudad y de esta palabra nace ciudadano. "Polí-tica" es el arte, doctrina u opinión referente al gobierno de un país independiente o dependiente. Y "polí-tico" es el que ejerce este arte, doctrina u opinión. Consecuentemente con esto, todos los ciudadanos hacemos política porque, por ejemplo, opinamos sobre aspectos de nuestro país, votando por una opción política, votando en blanco o absteniéndonos de votar. Todos somos políticos, aunque no todos seamos políticos profesionales.
-Sí, pero ¿por qué cree que desde distintos sectores se considera un error que la Iglesia opine sobre política de forma pública?
-Yo iría más allá y me preguntaría ¿por qué se mira mal que la Iglesia introduzca en sus escritos o sermones opiniones sobre temas políticos?
Pues porque hay personas interesadas en que no se toquen sus situaciones privilegiadas; porque se pretende un silencio cómplice ante situaciones injustas; porque se confunde ser persona religiosa con persona cristiana; porque, sobre todo, hay cristianos católicos que ignoran, olvidan o rechazan lo dicho por Jesús en la Sinagoga de Nazaret: "El Espíritu me ha ungido para traer la Buena Nueva a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libre a los oprimidos y para proclamar el año de gracia del Señor".
-Se deduce entonces que usted introduce comentarios de actualidad o de carácter político en sus sermones...
- Sí, claro. En el Evangelio de Lucas leemos que los apóstoles comenzaron a discutir cuál de ellos debía ocupar el primer lugar. Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones se portan como dueños de ellas y, en el momento en que las oprimen, se hacen llamar bienhechores. Ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes se portará como si fuera el último, y el que manda como el que sirve". Observando este texto nos damos cuenta de que Jesús mira lo que pasa con los reyes y las naciones, opina sobre ello y propone un modo diferente de comportarse.
-Los sacerdotes en España no pueden presentarse a elecciones, como sí ocurre en otros países como Andorra, donde un obispo es jefe de Estado. ¿Trataría de promover un cambio para que los curas pudieran tener este derecho ciudadano?
-Los curas que tienen las ideas claras sobre su misión y la ejercen conforme a estas ideas no necesitan aspirar a presentarse a elecciones ni políticas ni eclesiásticas, porque el poder por sí mismo no salva nada ni a nadie. Dios no es poder. Dios es amor. Sólo Dios salva. Sin embargo, en casos que merezcan la pena debería poder presentarse un cura o un obispo a elecciones. ¿Por qué no?
-¿Está de acuerdo en la afirmación de que el sacerdote que no haga política no es sacerdote? ¿Por qué?
-Yo no diría que no es sacerdote, pero sí que le falta un aspecto muy importante en la realización de su misión pastoral.
-¿Se vive la política en la Iglesia?
-En general, muy poco. La Iglesia está lejos de la calle, del pueblo y vive bastante cerrada hacia fuera y muy metida dentro de sí misma: con catequesis que no generan casi ningún nuevo creyente; con celebraciones bautismales cuya motivación social y consumista sustituye, de hecho, la fe que se necesita para celebrar este sacramento; con unas primeras comuniones ante cuya realidad me viene a la memoria las palabras de Pablo a los Corintios: "No los puedo alabar porque sus reuniones les hacen más mal que bien, de manera que su reunión ya no es la cena del Señor".
-¿Cómo ve la política que se practica en Canarias? ¿Está conforme con los partidos mayoritarios?
-La política que se practica en Canarias es, radicalmente, igual a la que se practica en España, es decir, es antidemocrática y un engañabobos. Democracia significa poder del pueblo, pero tanto en Canarias como en España el sistema electoral no es democrático, sino antidemocrático, porque no solamente no permite el poder del pueblo sino que admite un poder contra el pueblo. Este sistema de listas cerradas obliga a votar a partidos y personas que no se quieren votar; no garantiza que el voto dado por los ciudadanos lo reciban y mantengan sus destinatarios, ya que se lo das a los blancos y el sistema se lo entrega a los negros y viceversa; este sistema cierra las puertas a las nuevas ideas de los grupos minoritarios o de individuos; reparte el botín, yo diría que el votín, con "v", antes de las elecciones entre los grupos mayoritarios de siempre. Este sistema podría llamarse partidocracia, porque facilita el poder a los partidos o, también, cabezacracia, porque en los partidos, por lo general, mandan sus cabezas y no sus afiliados. Un sistema así no puede llamarse democrático, porque no representa al poder del pueblo. Pero, además, la política que se practica en Canarias se convierte en perversa, es sumamente mala, causa daño intencionadamente y corrompe las costumbres y el estado habitual de la cosas.
-Entonces, según usted, ¿qué ha sucedido en Canarias en este último cuarto de siglo de democracia?
-De española democracia, diría yo. Pues que el Archipiélago se ha debilitado. Con la desaparición de su agricultura, pesca y pastoreo; con una galopante degeneración de su territorio; con una feroz especulación; con una descomunal densidad de población; con una monstruosa corrupción política; con un pueblo que se ha visto forzado a llevar un ritmo de vida que no le va; con la ruptura de nuestra sociedad canaria; con una forma de vivir sin esperanza en el futuro; con ciento de miles de canarios en el umbral de la pobreza; con robos, homicidios, asesinatos y la desaparición de menores, y hasta con una gran crisis económica.
-¿Cree factible alcanzar la independencia de España? ¿Cree que el movimiento independentista está maduro?
-Canarias no alcanzará su independencia de España a través de unas elecciones, según el sistema electoral actual. Sólo será factible alcanzar la independencia exigiendo en los organismos internacionales la descolonización de Canarias, aunque el Estado español trata de impedirlo. Esto exige una mayor madurez del independentismo canario, logrando una mayor unidad de este movimiento.
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